Los alimentos procesados parecen deliciosos y a muchas personas
les encantan, tienen gran diversidad de sabores y apariencias. Pero los
alimentos procesados, los que se elaboran mediante procesos químicos y
utilizando únicamente ingredientes artificiales y refinados, son
extremadamente peligrosos para la salud y, especialmente,  para los diabéticos.
Existen varios factores que los hacen perjudiciales, aquí presentamos ocho de ellos.

Exceso de azúcar y fructuosa


Los comestibles procesados, como los
dulces y los edulcorantes no naturales -el jarabe de maíz, por ejemplo,
con alto contenido de fructuosa- son los productos que mayor cantidad de
azúcares introducen en el cuerpo. El azúcar es una caloría vacía, pues
no aporta nutriente alguno y solo da energía.
Además, el azúcar causa: resistencia del
organismo a la insulina, índices altos de triglicéridos, incremento del
colesterol, mayor presencia de grasa en la cavidad abdominal y en el
hígado. Todo ello se vincula con enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y obesidad.

Provocan deseos de comer más


Los alimentos procesados se elaboran
para competir en un mercado abarrotado de productos deliciosos, por lo
que cada vez  se crean más comidas que resultan tan apetecibles y
gratificantes al gusto que deseas consumirlas más y más.
Se ha demostrado científicamente que
estos productos crean sensaciones que causan anhelos de comer más de lo
necesario, originando así problemas de salud.

Generan adicción


En ocasiones los deseos de comerlos se
pueden volver casi incontrolables y es que, al igual que el tabaco o las
drogas, la comida procesada crea adicción.
Esto ocurre porque al ingerirla el
cerebro es controlado por las dopaminas que libera el cuerpo, al tiempo
que se estimulan las mismas áreas de las sensaciones cerebrales que son
afectadas por drogas adictivas y perjudiciales como la cocaína.

Contienen numerosos ingredientes químicos


Cuando miramos las etiquetas de un
producto procesado, suelen haber muchos ingredientes que apenas
reconoces o que son sustancias químicas que no favorecen al organismo.
Generalmente, estos comestibles incluyen:
Saborizantes: le otorgan sabores o acentúan los que tiene.
Texturizantes: garantizan las texturas deseables de los productos.
Conservantes: para que duren mayor tiempo sin echarse a perder.
Colorantes: para darle un color llamativo o para que sea apetecible.

Alto contenido de carbohidratos refinados


Existen dos tipos de carbohidratos: los
complejos -más beneficiosos para la salud- y los refinados, abundantes
en los alimentos procesados.
Los segundos son digeridos muy rápido, lo que causa un incremento repentino de la glucosa en sangre y de la insulina. Horas después, cuando vuelven a bajar los picos de glucemia, nos provocan deseos de comerlos de nuevo.


Bajo contenido en nutrientes


Todos los alimentos no procesados químicamente aportan muchos más minerales y vitaminas al organismo que aquellos elaborados.
Muchas veces se les agrega a los
productos procesados nutrientes artificiales para compensar los perdidos
durante el proceso de elaboración, pero estos no son un sustituto
adecuado, pues en variadas ocasiones el cuerpo no los absorbe bien y se
desechan.

Abundantes grasas dañinas


Las grasas trans o hidrogenadas, muy
presentes en los productos procesados, contienen un exceso de ácidos
grasos omega-6, que causan la inflamación y oxidación del cuerpo.
A veces se emplean para la elaboración
de estos productos diversos aceites de semillas, pero estos también se
producen químicamente.
Consumir estos aceites y grasas tiene un gran impacto sobre el padecimiento de infartos y enfermedades cardíacas.

Mínimas cantidades de fibra


Los alimentos cuando se procesan pierden la mayor parte de su fibra.
La fibra, en especial la soluble, nos
hace sentir satisfechos con menos calorías. Además, ayuda con el 
estreñimiento y  las bacterias del intestino beneficiosas para la
digestión y la salud.

Fuente: diabetesdietas.com

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